19. Octubre 2025
Primeros días de sol en Lima, primavera 2025

El invierno se retira en silencio, y Lima, al fin, abre los ojos al sol. La neblina se disuelve sobre los acantilados de Miraflores, y un resplandor dorado desciende por la Bajada Balta, guiando los pasos hacia el rumor del mar.
En la playa Makaha, el aire huele a sal y a libertad. La estatua del surfista, erguida frente al horizonte, parece custodiar el vaivén eterno de las olas.
Más allá, en la playa Waikiki, el mar se llena de puntos móviles: surfistas que buscan su equilibrio entre el ruido del agua y el silencio interior. A su lado, el Parque Espigón Waikiki ofrece un respiro de sombra y miradas que se pierden en el azul.
El camino continúa hasta Punta Roquitas, donde las piedras húmedas relucen como espejos, y el viento se enreda en el cabello de quienes miran el mar sin prisa. Desde allí, un ascenso comienza: el Puente Peatonal Isaac Rabin flota entre el cielo y el abismo, enlazando la orilla con los acantilados.
Arriba, el Parque Pluma espera entre flores y brisa. Allí se alza la figura de Magdalena Truel, la peruana que desafió al miedo y al olvido en la Resistencia Francesa. Su historia vibra en silencio, como si el viento la repitiera entre los árboles.
La caminata culmina en el Parque Isaac Rabin, donde la ciudad se detiene un instante. Desde sus miradores, Lima parece otra: luminosa, abierta, respirando de nuevo. El mar, abajo, late con la fuerza de un corazón recién despertado.

